UN COMPAÑERO DE VIDA DE LA CULTURA VASCA
La Makila, elemento indisociable de la cultura vasca desde hace más de tres siglos
La Makila es el bastón de marcha tradicional del País Vasco. Además de ser un compañero de viaje, es un objeto lleno de significado y valores, que puede regalarse como muestra de respeto, afecto o reconocimiento.
Un emblema del País Vasco que ha resistido el paso del tiempo
Un objeto cotidiano con un misterioso origen
El origen de la Makila – makhila, makilla o maquila, existen varias grafías – sigue siendo un misterio. Poco se ha escrito sobre este objeto, en una época en la que todos los vascos poseían su Makila. Utilizada como compañero de marcha por los vascos, la Makila -que significa «el bastón» en euskera- formaba parte de la vida cotidiana de los habitantes del País Vasco y más concretamente de la provincia de Lapurdi.
En una época en la que escaseaban los medios de transporte y los caminos no siempre eran seguros, era tanto una ayuda para caminar como un arma para intimidar al enemigo o combatirlo de ser necesario. No fue hasta el siglo XIX cuando aparecieron las primeras referencias a la Makila en la literatura, momento en el que el objeto ya está presente en la vida cotidiana vasca.
Indisociable del País Vasco desde hace más de tres siglos
La Makila es un bastón en madera de níspero, de un hermoso color rojo, con alma metálica, una punta en la empuñadura y una correa para sujetarla. Así lo describían los visitantes en el siglo XIX.
La descubrimos en una serie de acuarelas de 1823. Se trata de un centenar de ilustraciones que representan los distintos oficios de la época: pescador, cocinero, panadero, etc. La gran mayoría de estos personajes llevan su Makila. Las acuarelas muestran hasta qué punto la Makila acompaña la vida del vasco.
El historiador Philippe Veyrin describe de esta manera el traje vasco de la época de estas representaciones: «Los pantalones empiezan a sustituir a los calzones del siglo anterior que todavía subsisten. La Makila, bastante más elegante, sustituye a dardos, picas, dagas o espadas». (traducido de la versión francesa del libro)
En 1936, Félix Morel, en Bayona, vistas históricas y descriptivas, describe así a los habitantes del País Vasco:
“El vasco calzado con alpargatas de esparto, vestido de terciopelo, con el pelo largo y suelto, boina azul y Makila nacional”
(traducido de la versión francesa del libro)
Un excelente compañero de paseo
Un compañero de vida de la cultura vasca
Una señal de reconocimiento y afecto
Si la Makila fue, en su día, la compañera diaria del vasco hoy es un verdadero símbolo del País Vasco. La Makila suele entregarse a una persona a la que se desea honrar, agradecer o mostrar su afecto.
Puede regalarse en múltiples ocasiones: cumpleaños, bodas, jubilaciones, etc. Los destinatarios son los habitantes del País Vasco, la diáspora vasca en Estados Unidos, Canadá y América Latina, personas sensibles a las tradiciones vascas, la artesanía popular, al trabajo manual y todas aquellas personas que se reconocen en estos valores.
La Makila es, igualmente, de interés para los amantes de la artesanía y el arte y los coleccionistas de bastones. Pero, por supuesto, puede comprar su propia Makila.
Un regalo honorífico
En el País Vasco, la Makila es un galardón honorífico. Es el regalo por excelencia que se hace a las personalidades desde hace más de un siglo. Nuestro taller ha tenido el placer de hacer una Makila para cada presidente de la V República francesa. Las Makilas Ainciart Bergara, encargadas por instituciones o particulares, les han sido entregadas coincidiendo con visitas a la región o en distintos eventos.
En el taller, hay una galería de fotos de personalidades, así como algunas fotos icónicas: Juan Pablo II, Charlie Chaplin, Charles de Gaulle, con su Makila.
Evidentemente, esta distinción no está reservada a los presidentes de la República Francesa, sino a cualquier persona – vasca o no – a la que queramos honrar.
Descubra las numerosas personalidades que han recibido una Makila en nuestra galería de fotos.
Un objeto que se transmite en las familias
En el País Vasco, la Makila se transmite de generación en generación dentro de la etxe (la casa en euskera). En el libro Símbolo de la Costa Vasca, los autores mencionan esta «tradición vasca, el primogénito o primogénita de la familia – el etxerekoa- hereda la Makila de su padre». Y añaden «nadie se atrevería a apoderarse de la Makila de otra persona».
La Makila Ainciart Bergara se personaliza con grabados en las virolas donde aparece el nombre, apellidos y el lema en euskera de su propietario. Así, pasa a formar parte del patrimonio familiar. Las Makilas hechas por generaciones anteriores suelen volver a nuestro taller bicentenario. Las reparaciones se adaptan al estilo de la época en que se fabricaron, ya que la Makila Ainciart Bergara ha evolucionado con el tiempo.
Una entrada contemporánea al Museo
En 1924, cuando se creó el Museo Vasco y de la historia de Bayona, se invitó a las familias vascas a participar en la creación de las colecciones del museo. Jean Ainciart donó seis Makilas, hechas por él mismo y sus antepasados (padre y abuelo). Las Makilas de la familia Ainciart Bergara pueden admirarse hoy en día en la primera planta del Museo, en el área dedicada a la artesanía local.
Algunas de estas Makilas fueron donadas hace cien años, otras son bastante más recientes. Debajo de la misma vitrina pueden admirarse piezas y herramientas utilizadas para fabricar la Makila.
También se puede ver un banco de trabajo de la época, igualmente, donado por Jean Ainciart. Si está en la región, no se pierda la Makila de 1889, realizada por Jean Ainciart y que le valió una medalla de oro en la Exposición Universal de París de ese mismo año.
FABRICACIÓN TRADICIONAL HECHO A MANO Y A MEDIDA
Nuestros modelos de Makila
Fabricamos tres modelos diferentes de Makilas. La madera utilizada es siempre el níspero, como marca la tradición. Todas nuestras makilas se hacen a medida y por encargo, en función de la morfología del destinatario. Grabamos el nombre, los apellido y un lema en euskera,